miércoles, 18 de diciembre de 2013

EDUCACIÓN




Lo que nos distingue del resto de los seres conocidos es nuestra capacidad de aprender.  El profesor Gómez Pin de la Universidad de Barcelona ha descubierto que la capacidad de aprender a hablar ya tiene su reflejo fisiológico en el mapa del genoma humano. Llevamos pues, desde nuestra concepción, esa marca genética tan singularísima  en cada una de las células de nuestro cuerpo. Para que luego digan que un feto no es humano, pero eso es otro debate. Lo más maravilloso de esta circunstancia es la constatación de que tantos miles de años de aprendizaje no se detienen y empiezan de cero cada vez que un niño nace. Teorías cada vez más documentadas afirman que parte de la experiencia de los padres pasa en esa información genética a los hijos en la siguiente generación. 

martes, 17 de diciembre de 2013

OBRERO


No tardarán mucho en darnos la cifra: diez mil millones de habitantes. En el Mundo parece que no cabe nadie más. Nuestra población mundial ya no puede sobrevivir, de forma individual o en pequeños grupos familiares, de aquello que antaño le ofrecía casi gratis la Naturaleza. Y más ahora que sabemos que necesitamos compartirla con el resto de seres vivos que habitan nuestro único planeta. Para ello, los humanos nos hemos organizado en sociedades que generan y administran los bienes que nos permiten sobrevivir.  Hemos pasado de ser hombres a ser ciudadanos,  seres que viven lo más alejados posibles del mundo natural en donde fueron concebidos.

viernes, 13 de diciembre de 2013

TRISTEZA


Siempre he luchado por la Democracia. Cuando era joven la dictadura en la que vivía ya estaba desgastada, evolucionada, o debilitada, no voy a enjuiciar ese momento ahora, para que tal pelea fuese demasiado peligrosa. Formaba, además, parte de una muchedumbre de jóvenes con los mismos sentimientos y tan numerosa que era fácil pasar desapercibido dentro de ella. No me destaqué, no sufrí represalias, no tengo, pues, méritos ni heridas por las que ser homenajeado, aplaudido o acreedor de ningún beneficio social. Tengo lo que fui capaz de conquistar, mi Democracia, y hasta hoy era feliz.

Fue determinante en mi elección y en mi lucha observar cómo otros países alcanzaban la Prosperidad, la Justicia, la Libertad de sus ciudadanos y la convivencia en Paz, con la Democracia.
 
 

lunes, 2 de diciembre de 2013

SIN SEÑAL




Valencia se ha ido transformando en los últimos años. No creo que haya habido ciudad en el mundo que no lo haya hecho. El crecimiento urbano de Valencia hacia la periferia ha cubierto con su  piel de asfalto y cemento los espacios agrestes, los de huertas, o los pequeños núcleos habitados de sus alrededores. Pero esto no es algo exclusivo de nuestra ciudad. La sociedad humana está enferma de “Urbanosis” y los pobladores del campo se desplazan a las ciudades abandonando hogares, tierras de cultivo y formas de vivir y sentir ancestrales. Las culturas autóctonas quedan ancladas en pasados abandonados y se transforman en las grandes urbes contaminándose con los usos y costumbres “urbanitas” homogeneizados por la globalización.
Valencia no ha crecido mal. No está rodeada por barrios o suburbios oscuros poblados por desertores de otros lugares sin esperanza. La piel con que ha mudado, como una serpiente que ya no cabe en la antigua, la ha hecho más atractiva. Valencia parece una ciudad moderna; comunicada por vías rápidas de circulación; con un porcentaje razonable de zonas verdes; con arterias que atraviesan las zonas más pobladas permitiendo un desplazamiento suficientemente ágil de uno a otro punto; y con una red de metro que enlaza casi cualquier lugar de la ciudad con zonas periféricas y extraurbanas con eficiencia... 

miércoles, 27 de noviembre de 2013

El Capitalismo tiene los lustros contados


Ayer, el ayer de cualquier día, escuché las palabras del profesor Jorge Riechmann. Invito a quien lea esto a que, si no lo conoce ya, busque sus referencias. Con sus palabras pausadas, exentas de cualquier algarabía y, sobre todo sabias, iba descorriendo la cortina del engaño, de la ilusoria tierra prometida, de la falsaria esperanza de un mundo mejor que nos venden cada día los voceros de la biotecnología. La creciente oferta de comodidades y productos que es el instrumento con el que el Capitalismo está acabando con el Mundo.

Citó las palabras de Manuel Sacristán cuando trataba de encontrar un nuevo compromiso entre la sociedad humana y la ciencia y la tecnología:”… la ética es para la ciencia y la tecnología lo que sería poner frenos de bicicleta a un reactor intercontinental…” Ante tan desanlentadora afirmación, reflexionaba Riechmann que deberíamos, en el hipotético caso de que el uso del tal reactor intercontinental fuera indispensable, incrementar la potencia de los exiguos frenos de bicicleta de Sacristán. Es decir, la ética debería ser capaz de frenar efectivamente el poder de la ciencia y la tecnología.

viernes, 16 de agosto de 2013

La Pena de Muerte

¿Es la “pena de muerte” la mayor condena posible?

Cuando alguien es condenado a la pena de muerte se dice que ha sido castigado con la “máxima pena” o “pena capital”, ¿realmente es así? Esta pena en la legislación de los países que aún la aplican aparece como el mayor castigo que puede recibir un individuo por sus actos. Tal condena, sin embargo,  ha sido eliminada de los códigos penales de muchos estados democráticos con la convicción de que, aplicándose la Ley en nombre del pueblo, la ciudadanía muestra su humanidad y grandeza evitando exigir la muerte de un ser humano sean cuales sean sus delitos. En algunos de los países que aún la aplican, la conmutación, una medida de “gracia” en apariencia, acarrea al penado la cadena perpetua, es decir, debe permanecer en prisión hasta que muere o está próximo a morir.

Creo, sin embargo, que tal cadena perpetua es más dura y punitiva que la pena de muerte, por la pérdida de esperanza de libertad que el reo percibe cada día. Entiéndase la cadena perpetua tal y como la he descrito antes,  no esos eufemismos de “cadena perpetua” cuya perpetuidad dura 20 años más o menos. De los casos famosos de cadena perpetua se ajusta, en mi opinión, a este perfil de ser una pena mayor que la pena máxima, la de Rodolf Hess que terminó suicidándose cuando comprendió que nunca saldría de su cárcel, en una demostración de que la muerte era menor condena. Como criminal de guerra nazi, él, había merecido, pienso yo, la misma pena que los que fueron condenados y ajusticiados tras el juicio de Núremberg, pero sorprendentemente recibió el “benevolente beneficio” de la perpetua. Hay otros casos en que el condenado ha podido recuperar su libertad, bien porque ha conseguido que se revocase su sentencia; porque ha recibido algún otro tipo de indulto o perdón; o porque las condiciones de su encierro le permitían una existencia cómoda y comunicada con el exterior. Pero en estos casos la condena a cadena perpetua sólo se demostró menos punitiva en los defectos de su aplicación, en la falta de “cadena”, es decir, rigor de la prisión, o de “perpetuidad”, duración de la pena, no en su concepción. 

No es así en el caso de presos políticos de dictaduras aún vigentes que terminan muriendo en prisión severamente apartados de todos; o de los condenados por narcotráfico en las cárceles del cono sur de Asia algunos de los cuales terminan suicidándose seguros de que no hay esperanza de cambiar su situación; o los de los millones que terminaron sus días en campos de trabajo a lo largo de la Historia.

Que la pena de muerte no es la mayor que puede imponerse a un reo, era cosa sabida en la antigüedad ya que se infligía al condenado tormento adicional que compensara sus delitos. El Zar Iván“El Terrible”, por ejemplo, ajusticiaba a quienes se atrevían a oponérsele, empalándolos en medio de la plaza y permitiendo que sus familiares los acompañaran en las largas horas de agonía que tal condena conllevaba. En otros lugares se descuartizaba al condenado y se exponían sus restos troceados en las distintas entradas de la ciudad. Más cerca en el tiempo, los soldados rusos prisioneros de la segunda guerra mundial fueron condenados al Gulag de por vida por rendirse en vez de morir combatiendo, sin que sus familiares tuvieran jamás la más mínima noticia de su destino. Para ellos la muerte hubiera sido mejor.

Pero lo más sofisticado en condenas que rebasaran la pena de muerte, vino con la aparición de las modernas religiones monoteístas: se le privaba al reo de la posibilidad de alcanzar la vida “eterna”. Monjes y sacerdotes amenazan con la excomunión y por ende con la condenación eterna, no ya perpetua, sino “eterna”, a quienes faltan a sus dogmas.
Para el colmo del desprecio por la muerte, hay otros que se apresuran a prometer la vida, también eterna, a quienes perpetran algunas acciones que conllevan aparejada la muerte. Así el valor disuasorio que la legislación de la pena de muerte pretende, queda invalidado. También los cruzados recibían una bula papal que les garantizaba la “vida eterna” si morían o eran ajusticiados por el enemigo; del mismo modo los navegantes portugueses y españoles que en los últimos años del siglo XV se atrevieron a traspasar el fin del mundo navegando más allá  de lo que había hecho nadie del que se tuviera noticia, recibieron la misma Bula-promesa de vida eterna si perecían en el intento; y por último, desgraciadamente aún hoy, hay quien entra en el paraíso si mata a los infieles, a los enemigos de Dios, muriendo en un atentado suicida. 

Entre otros ciudadanos del mundo citaré a los judíos de Israel, pueblo experto desgraciada e históricamente en sufrir y morir en el tormento, que soportan desde hace tiempo, tan dolorosa epidemia de atentados suicidas: en los cuatro años (2000-2004) que duró la primera intifada murieron 1017 ciudadanos como víctimas del suicidio asesino de 138 terroristas. Convencidos sus dirigentes de que no podrán persuadir a los suicidas de que no existe el paraíso que pretenden, han decidido castigarlos aquí en la tierra con algo que piensan trasciende la muerte que ya se proporcionan ellos mismos: derriban su casa y las de sus familias y lo vuelven a hacer si se enteran de que las han reconstruido una y otra vez. Así durante la intifada derribaron 612 casas. No pretendo justificar ni valorar tal comportamiento, ni de los suicidas ni de los israelíes, sólo lo enumero como ilustración de cómo algunos países pretenden “agrandar” hoy castigos que vayan más allá de la muerte.

De todo ello extraigo dos conclusiones: una es que, para descrédito de quienes ven en la reinstauración de la pena de muerte la solución preventiva de delitos graves, esta “máxima condena”,  “pena capital”, o como se la llame, ha perdido plenamente su valor coercitivo frente a una auténtica cadena perpetua; la otra, y digo esto aún con el riesgo de que se me llame frívolo en tema tan serio, es que, fijándonos en el descubrimiento de los gobernantes israelíes, la pérdida del hogar, la casa, el piso, el domicilio de la familia y todos los bienes materiales que ello conlleva en el desalmado mundo actual, se percibe como más doloroso y grave que la pérdida de la propia vida. Véase la tremenda cantidad de suicidios que tales situaciones provocan.  Nuestros gobernantes, pues, deberían preocuparse por los ciudadanos amenazados de perder su casa y todo lo que poseen por avatares de la fortuna, tanto o más de lo que lo harían si estuvieran en peligro de muerte. Digo esto aunque sé que, en realidad, a nuestros gobernantes sólo les interesa quién vive o quién muere si eso afecta a sus posibilidades electorales.

Pero, volviendo al asunto que nos ocupa en estas líneas, convendrán conmigo que el nombre de pena máxima o pena capital que damos a la pena de muerte es cuanto menos equivocado ¿o no?.

viernes, 12 de julio de 2013

De Wall Street a Santiago



Eran las 7:45 de la mañana. Frederik Donis llegaba temprano como cada día. Procuraba evitar la hora punta y encontrar preparado y caliente su café largo, en vaso de cartón con tapa, en la cafetería de la esquina donde tenía su despacho. Los chicos de la “habitación oscura” ya estaban en su puesto. Doscientos cincuenta metros cuadrados de oficinas en la calle más cara y exclusiva de Nueva York. Su propio despacho enorme, tenía ventanas a dos de las calles más cotizadas de la City, Wall Street y Pearl Street. Se consideraba a sí mismo el tiburón más peligroso del parquett neoyorquino. No porque sus inversiones o compraventa de valores lo hubieran empujado a la cumbre de la finanzas, sino porque su llamada era, a cualquier hora del día, más temida que el terrible bocado del gran depredador marino con su triple hilera de afilados dientes.
En el bullicio de cada día los operadores de la bolsa compraban y vendían, con simpatía y tranquilidad a veces y con tensión incontenible otras, valores, acciones, bonos, opciones, futuros, derivados, materias primas,… y un largo etcétera de las más variopintas clases de derechos y obligaciones de cualquier parte del mundo. Cuando las operaciones se hacían sobre el parquett, anotaban en sus libretitas, tarjetas o fichas, según quién, sus acuerdos que después entregaban para su contabilidad y registro a sus informáticos. La lealtad y el rigor eran incuestionables y quienes no reconocían operaciones ciertas se arriesgaban a ser expulsados de la profesión por los árbitros y reguladores de la bolsa neoyorquina. Pero a veces, sólo a veces, surgían disputas. “No fueron tantos, o no fue ese el precio”, discutían dos broker. O lo menos corriente y más peligroso, “no puedo pagar la compra o entregar lo vendido”. Entonces el voraz pez se convertía en presa de Frederik.

jueves, 11 de julio de 2013

La "enviada"



Aquel día pasó como de ordinario hasta las doce. El sol caía a plomo, reflejándose de un modo deslumbrador en la tierra blanca del muelle, en las velas sobre él extendidas, en el bruñido de los palos y en el barniz luciente de las chimeneas. El vientecillo soplaba, continuo, suave, haciendo ondear las banderas y moviendo sosegadamente el molinillo del mareógrafo; y el mar, cegando la vista con sus reflejos, apenas enviaba a romperse en la escollera algunas olas murmurantes y humildes.

Pero a comienzos de la tarde cambiaron las tornas. Sin mudanza ostensible de viento, empezaron a soltarse de las montañas del oeste nubes y más nubes, que a poco formaron un ejército compacto con augurios de próxima lluvia. Nublóse el sol y apagáronse todos los colores; y el agua, antes azul, adquirió tintes verdosos en el puerto y reflejos plomizos en la bahía, agitándose a la vez en extraño bailoteo que parecía dirigir una fuerza invisible.

martes, 9 de julio de 2013

Pasos de poeta

Hoy que mi ánimo se inclina a la melancolía, me sumerjo en las hojas amarillentas, casi cobrizas de un viejo libro. Un libro que se recorre lentamente, con el paso atento, precavido, observador de un poeta que marcaba su paseo con los latidos de su corazón.
Es un libro que no fue pero quiso ser. Hoy lo leo como homenaje a todos mis “desideratum” de lo cotidiano y lo ilusorio. Y mi espíritu sale de mí y recorre los sentimientos de su autor. Percibo el concierto  armónico entre el mundo natural e imaginario. Sólo hay que escuchar con el alma lo que apenas perciben los sentidos.

Algunas de estas páginas fueron publicadas en revista Índice del diario El Sol de Madrid y la Revista de Occidente  hace casi cien años pero su mensaje es fresco como la brisa que parece mecerlo eternamente. Siempre he pensado que la prosa puede contener la poesía con la misma fuerza que el verso, por eso recorro estas líneas que nacieron de la pluma del mejor poeta que, según mi corazón, ha dado la lengua castellana y española: Juan Ramón Jiménez.

Apenas cinco años después de su muerte, Francisco Garfias, encontró entre sus páginas inéditas la intención de construir con estas y otras sueltas un libro, o varios, y nos regaló este, La Colina De Los Chopos, editado por Taurus en 1965. Yo lo leí por primera vez en 1966 y aún recuerdo las emociones que despertó en mí.

A vosotros, mis amigos lectores, siempre os pido indulgencia si encontráis alguna falta. No me corrijáis hoy, sin embargo, echémosle la culpa a la controvertida y singular ortografía del genio.

Por último, sólo alguno de los lugares que recorrió el poeta sobreviven aún, por lo que de ellos sólo quedan estas referencias, como un collage de naturaleza muerta, aunque en este caso está viva y palpitante.


lunes, 8 de julio de 2013

La guerra de las niñas

Espinelvas es un pueblecito de Gerona perdido entre los bosques de las estribaciones septentrionales de los Pirineos. Un lugar tranquilo, anclado en un modo de vivir intemporal, y donde la guerra civil que asola España, aún se percibe como un conflicto ajeno.  Doña Adelaida y su hermana Doña María son maestras nacionales con plaza en Barcelona. Ellas sí que viven intensamente la tensión cada vez más amenazante que genera la guerra. Una simpatiza con un bando, la otra con el otro. Sólo ellas saben cuál. Hay niños en casa, tres, el varón ya tiene quince años. Doña Adelaida, que es la madre, el cabeza de familia y la que toma las decisiones por todos, ha pedido el traslado a Espinelvas. No quieren que movilicen a su hijo en ninguna milicia. Ahora junto a Don Hilari, que también es de fuera, aunque ya lleva veinte años en el pueblo, son quienes se hacen cargo de la escuela.

viernes, 28 de junio de 2013

Los cuentos de Nasruddín

Sostiene el profesor Gironés que Cervantes debió conocer los cuentos populares de Nasruddín en su cautiverio de Argel, porque en el primer capítulo del Quijote salva al Tirante el Blanco (Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell) de la hoguera a donde fueron a parar todos los libros de caballerías, porque había hallado en él “un tesoro de contento y una mina de pasatiempos”. Para el profesor Gironés, las pocas referencias que a los cuentos de Nasruddín que se hacen en la obra citada, no justificarían el elogio. “No se elogia lo que no se conoce” concluye.
Los cuentos de Nasruddín son pequeñas historias de un mulá que existió realmente en la Turquía otomana, pero al que se le atribuyen todo tipo de hazañas y situaciones divertidas tradicionales en  todos los países musulmanes de orillas del mediterráneo; algunas se transmiten secularmente de padres a hijos como nuestros cuentos de la hora de dormir a los niños.

Estas son algunas de ellas, sacadas de un libro editado por la Generalitat. “Los cien mejores cuentos de Nasruddín”

miércoles, 26 de junio de 2013

Alianzas Indeseables


Un poderoso león, que imponía con su enorme fuerza un poder tiránico sobre el resto de los animales del bosque, fue esquilmando tanto las presas de las que se alimentaba que cada vez le resultaba más difícil conseguir cazarlas. Observó cómo el lobo y la zorra, que eran animales mucho más pequeños, conseguían con  astucia y poco esfuerzo su comida cada día. Así que un día los llamó.
Acercáronse temerosos los interpelados al león.
- Oídme, dijo el león, he pensado que si nos asociamos conseguiremos nuestra comida con mucha mayor facilidad y eficacia. Vosotros que sois muy astutos perseguiréis a las presas abiertamente, no con el sigilo con que lo hacéis ahora, y así, estas que al veros creerán que pueden huir fácilmente, correrán confiadas hacia donde yo estaré acechando. Allí las abatiré de un zarpazo y no podrá escapar ninguna.

martes, 25 de junio de 2013

La Pelea




Luis, le llamaré Luis por darle un nombre, era el gallito de la calle, el chico más roncoso del barrio, un bocota, un verdadero bocota, y un fanfarrón. Ninguno de su edad, de los que andaban con él, le había podido y hasta con mayores se atrevía. Desde que dominó a Guillermo, le llamaré Guillermo, no había quien le metiera roncas ni se le podía aguantar. Era el que mandaba en las partidas y se entretenía en asustar a las chicas del barrio. Al pobre Paco lo tenía dominado, lo que se dice dominado; le mandaba hacer toda clase de barbaridades y hasta cochinerías, y el pobre Paco como estaba dominado, las hacía sin chistar. Se metía en todas partes y su frase era: ¡A callar se ha dicho!
- ¡Si no callas te hincho los papos de un revés!... le decía al que se descuidaba.
Era un mandón. Y como pesado, ¡vaya si era pesado!
Al pobre Enrique, a Enrique el tonto, no hacía sino darle papuchadas, diciéndole:” Enrique ¡infla!” y Enrique inflaba los carrillos y él le daba un sopapo y se reía.
¡Le teníamos todos una rabia!

lunes, 24 de junio de 2013

La caja

 
Aunque soy de naturaleza racional y poco dado a creer en cosas raras, treinta años después, aún no he decidido si esta historia es cierta.

Fue durante la celebración de mi último día como sargento de la IMEC (instrucción militar escala de complemento), que era como hacíamos la mili los estudiantes universitarios. Fue una tarde de alegría y despedidas. Estábamos en uno de los garitos de los alrededores del cuartel, un rincón reservado a los suboficiales, que para algo servía el rango.
 
No sé cuántas cervezas llevaríamos ya cuando Ricardo se puso especialmente serio y casi tembloroso:
 
-Voy a contarte algo que nunca he dicho a nadie. Tienes que hacerme un favor, yo soy incapaz, ¡tienes que devolvérselo!
Y, con un gesto nervioso casi histérico, me largó una cajita de metal, como las que se usan para regalar una cosa pequeña.
-Vale, vale. Tú me dirás a quién.
Cogí la caja y la puse en mi bolsillo. Seguramente sería para alguna chica de quien el bueno de Ricardo no podía despedirse. Como los marinos, los soldados jóvenes, aunque sean provisionales como nosotros, también tienen un amor en cada destino.
-¡No! ¡No! ¡Tienes que escucharme!
 
Y se puso blanco, temblando de pies a cabeza. Y aunque me miraba fijamente, su mirada me traspasaba como si fuera de cristal. Me asusté muchísimo, era la primera vez que lo veía así.
 
-Pero ¿Qué te pasa, hombre?, exclamé.
Después, como seguía aferrándome de los hombros con la intensidad de un loco, le dije:
-Vale te escucho.

Y esta es su historia.

viernes, 21 de junio de 2013

De cómo le salió joroba al dromedario

 
Tengo siete fieles servidores
Que me enseñan cuanto sé:
Se llaman Cómo, Cuándo, Dónde,
Se llaman Cuál, Quién, y Por qué.
Por tierra y mares los envío,
Este y Oeste han de explorar;
Pero les doy un buen descanso
Cuando regresan a mi hogar.
 

jueves, 20 de junio de 2013

Luciano, tirador de primera


Durante los años que duró mi adolescencia asocié a la Guardia Civil con la dictadura, régimen político que se me antojaba opresor y perpetuo. Como aún no se había despertado en mí el espíritu libertario de lucha por la democracia, escuchaba con la boca abierta las historias que el abuelo de mi mejor amigo nos contaba las tardes que acudía a su casa para hacer los deberes.

El abuelo Luciano había sido guardia  civil mucho antes de la República, de la Guerra y de la dictadura. Sus historias me resultaban emocionantes porque hablaban de tiempos pasados, de situaciones tan diferentes a las que vivíamos que parecían relatos de otros mundos contados por un protagonista.

Recuerdo hoy una:

viernes, 14 de junio de 2013

De cómo se originó el minfundio valenciano

En esta ocasión me permito la licencia de arreglar a mi antojo un interesante cuento que está incluido en el más famoso libro de cuentos de todos los tiempos “Las mil y una noches”. Mi atrevida licencia literaria le da un sentido que nunca tuvo el original.

Espero, como siempre, que os guste

 

"De cómo se originó el minifundio valenciano".

Cuentan que cuando Xativa era un reino moro el Sultán que allí vivía tenía tres hijos a los que amaba por igual. Entrado ya en años, sus visires le urgían para que eligiera entre sus tres hijos cuál había de ser el heredero del reino y de todos sus tesoros. No era costumbre, como en los reinos cristianos, que fuese el mayor el heredero, sino que esa decisión se dejaba a la voluntad del Sultán. Entristecía a éste tener que elegir entre sus hijos y reunió a sus consejeros para que lo ayudaran. No pudieron estos decidir cuál de ellos sería el mejor Sultán pues los tres reunían incontables méritos y cordura. Así que para evitar que se despertaran disputas entre los partidarios de uno u otro, idearon el método de apartarlos lo más lejos posible para así poder influir en el anciano Sultán a su voluntad y, tal vez, heredarle si ninguno de ellos volvía. Aconsejaron, pues, a su padre que los enviara a recorrer el mundo y el que volviese con la posesión más preciada, ése sería el heredero. Muy a su pesar permitió el Sultán que sus hijos partiesen.
 

Y A S M I N A


Yasmina acababa de cumplir 14 años. Estaba en su último año de Liceo, en realidad hoy era su último día de clase. Este verano tendría que decidir, cómo y dónde continuar su formación preuniversitaria. Su familia vivía desahogadamente de una industria dedicada a cocer piezas de cerámica, aunque en los últimos tiempos, ella había percibido inquietudes y conversaciones abruptamente interrumpidas por su presencia, que apuntaban dificultades en el negocio familiar. Nada pareció cambiar, sin embargo, en su modo de vida. Su padre seguía el negocio de su padre, que lo heredó del suyo y así varias generaciones de lo que en realidad era más que una profesión  un modo de vivir. Cuando sus padres se conocieron ella, su madre, era una brillante técnico industrial con los estudios recién acabados en un país que aún era una colonia francesa. Ella  ayudó a modernizar el trabajo, que pasó de ser un taller de alfarero a la moderna industria de cerámica que era ahora. Sus padres siempre se habían tratado con un cariño y respeto mutuo un poco en desuso en esta nueva sociedad nacida de la independencia, cada vez más influenciada por la religión. Fue su madre la que decidió que Yasmina fuera al Liceo y no a una escuela de inspiración religiosa.

jueves, 6 de junio de 2013

El desprecio y la soberbia

Esopo era un autor romano de cuentecitos breves que trataban de demostrar una moraleja. Sus ideas hoy nos resultan en muchos casos hirientes y difíciles de aceptar en una sociedad moderna y democrática, pero esconden realidades no por viejas menos a tener en cuenta.

Hoy recuerdo la fábula del cuervo soberbio y los pavos reales.
Decía Esopo, que un cuervo volaba en su b...andada cuando observó la magnificencia y belleza de los pavos reales, allá en el suelo. Admirado y soberbio decidió abandonar su poco colorida compañía y marchar a vivir entre los pavos reales. Aprovechó que en el suelo había caídas algunas esplendorosas plumas de pavo real y se las entrelazó como pudo entre las suyas. Ataviado de tal forma corrió a mezclarse con tan deslumbrante nueva sociedad.

El político y el ciudadano

Un ciudadano bien intencionado fue invitado a cazar un día por un avispado político. El político, de cuyo partido no quiero acordarme, se preciaba de ser un buen cazador, en realidad se preciaba de ser un "buen" todo. A poco de empezar la jornada abatió el ciudadano de certero disparo a una rolliza perdiz. Como era hombre de compasivo corazón quedó muy apenado por el triste ...destino de su pieza y ya no volvió a disparar otra vez.

domingo, 5 de mayo de 2013

PORCIÓN DEL ENEMIGO

 
“ 1926/2026
Es imposible que un individuo
que haya estudiado  profundamente la sociedad actual
no sea comunista (V.H.)

 
o también cristiano.
Es imposible que un individuo 
que haya estudiado profundamente el comunismo
no sea anarquista. (V.H.)

martes, 26 de marzo de 2013

L I B E R T A D ( y II)


El 24 de Diciembre había nevado sobre París. Paul había recibido una educación esmerada. Arquitecto, con una sensibilidad más próxima al artista que al ingeniero, ese día, mientras tras puertas y ventanas sus conciudadanos celebraban la Navidad, él estaba atormentado. Había llevado hasta sus últimas consecuencias su compromiso con la Verdad. Miembro de un grupo de intelectuales franceses que habían descubierto en la Libertad la esencia y la condena del Hombre, se consideraba a sí mismo una mutación equivocada de la Naturaleza. Ningún ser vivo era consciente de su propia existencia, excepto el Hombre. Ningún ser vivo estaba sometido a la angustia vital de la Libertad, de tener que decidir y saber que sus decisiones tendrían consecuencias irreparables en su vida y en la del resto del Mundo. Ningún ser vivo rompía la armonía natural como el hombre, destinado sin duda a corromper con su libre albedrío el mundo natural. Ya muchos intelectuales como él habían recurrido al suicidio como resultado y reparación de su descubrimiento. Y en eso estaba él ese día, aislado, solo, y aterido de frío por fuera y por dentro.

viernes, 22 de marzo de 2013

L I B E R T A D ( I )


 
“Al Excmo. Sr. D. Gaspar de Jovellanos:

                   Señor. La reputación de que gozáis en Europa, vuestras ideas liberales…debe haceros abandonar un partido que sólo combate por la Inquisición,  por el interés de los Grandes de España,… (y aceptar) la Libertad constitucional, el libre ejercicio de la religión,…etc.”
 

Así se expresaba José I Bonaparte, Rey de España por la fuerza de las tropas de la Revolución Francesa, en carta dirigida a Jovellanos, ilustrado, liberal y reconocido intelectual que debería haber aceptado el evidente progreso social que suponían las ideas revolucionarias. Ideas que empezaron a transformar el Mundo desde aquel día de 1789, en que los franceses se alzaron contra el yugo de la monarquía absoluta. Sorprendentemente, Jovellanos y la mayoría de los españoles, lucharon por restaurar esa monarquía esclavizante al memorable grito de ¡!Vivan las cadenas!!, en la que, para mayor escarnio, hemos dado en llamar Guerra de la Independencia.
 

jueves, 14 de febrero de 2013

MATRIMONIO

VIOLETAS PARA DOS
 
Cuando los Hombres, mayoritariamente la parte masculina de la especie, descubrieron la providencia divina, es decir, eso de que Dios lo creó todo y que impone su voluntad sobre los Hombres, adjudicaron a esa Divina Voluntad la parte que coloca a las mujeres “indisolublemente” unidas “para siempre” a su matrimonio. Perdonen la reiteración, pero es que eso de que “lo que Dios ha unido no lo separe el Hombre”, se repite machaconamente en todas las religiones.
 
Parece que la base de la familia, esa estructura social capaz de casi todos los milagros pasados y futuros, consistía y consiste en que las mujeres sólo tengan hijos del mismo hombre y que en consecuencia y para preservar dicha obligación, sólo puedan ser desvirgadas, preñadas y poseídas sexualmente por sus maridos. El que los hombres puedan acceder al sexo de otras mujeres está “legislado” con mucha más laxitud; existen al respecto multitud de excepciones, circunstancias, disposiciones y costumbres, todas ellas lesivas para las mujeres.
 
En la distribución de los bienes de “conquista” de las tribus más ancestrales, la mujer ocupaba un lugar preferente entre las “posesiones” del hombre. Lo de la igualdad de los sexos se trató siempre con mucho cuidado, no sea que tal revolución permitiera que las “esposas”, fantástica denominación, adquirieran el derecho a fornicar con otros. Sí, esa palabra tan malsonante que describe la relación sexual en un entorno antisocial e ilegítimo.

Y alrededor de ese mito excluyente nace toda una mística romántica, manipuladora y esclavizante. A los hombres se les reserva en exclusiva la iniciativa amorosa, quedando para ellas la “astucia” de atraer al varón a la “trampa” en la que ellas son las únicas “cazadas”.

 Resulta que la diferencia básica entre hombres y mujeres es que estas son las que procrean. Esta determinación biológica condena a las hembras planetarias, de cualquier especie, a permanecer, durante periodos  largos y trascendentes de sus vidas, ligadas a la tarea de ser madres. Los hombres, en su realidad de machos, se encuentran,  por el contrario,  “desocupados” en tales periodos. La realidad fisiológica es tan desigual que, en el mundo animal, tal cosa deriva en la creación de “harenes” en los que un macho mantiene exclusivamente a un grupo de hembras a su disposición, pese a que ello lleve consigo el celibato a los otros machos menos poderosos, dado que el azar reproductivo produce un número similar de  individuos del ambos sexos en casi todas las especies animales.

Aún hoy, el Mundo, visto por los machos, se parece peligrosamente a lo que veían los Australopitecos, hombres de Neandertal, u otras derivaciones evolutivas del Homo Sapiens en el remoto origen de nuestra especie. En esa visión, la mujer apenas si es un instrumento reproductivo, una posesión a proteger, una pieza necesaria y valiosa en la supervivencia cruenta y belicosa de los genes fecundadores masculinos.
 
Que el matrimonio se base en una relación de igualdad es una conquista social que sabe a derrota masculina. De hecho en nuestros días tal imposición social y legal deriva en centenares de homicidios cometidos por machos insatisfechos, que rememoran, aún sin saberlo, el derecho de vida o muerte sobre sus mujeres.
 
¿Estamos, pues, ante una degradación del Derecho Natural? ¿Es comparable la situación de la mujer independiente y emancipada del varón, al matrimonio homosexual, a la igualdad de las razas, a los Derechos Humanos (en cuanto a Libertad, Trabajo, Nacionalidad y Religión).?¿Es ésta una “adquisición” social, una modificación cultural de nuestra realidad fisiológica?

Quienes piensen así, sean hombres o mujeres, perpetúan la desigualdad; abogan por el mantenimiento de la sumisión; dejan abierta la puerta a la esclavitud de la mitad de la raza humana.

La actual compresión de los mecanismos evolutivos nos permite tener la certeza de que los comportamientos, habilidades y conocimientos se trasmiten genéticamente de progenitores a descendientes. Sabemos hoy que un individuo puede dar origen a un grupo de descendientes con sus habilidades. Sabemos que el Ser Humano es tan sumamente complejo, tan maravillosamente dotado, que puede con esfuerzo convertirse en lo que antaño hubiéramos considerado Dioses. Por eso es tan vital resolver la injusticia social que mantiene nuestro mundo como un valle de lágrimas para la mitad de la especie.
 
La mujer es desde siempre nuestro igual.

Nuestra tendencia gregaria, nuestra necesidad de convivir con otros, nuestra valiosísima estructura social en células familiares, no puede estar basada en la esclavitud de la mayoría de sus miembros. La supremacía masculina es una maldición, es una mutación equivocada de la evolución natural, es algo que debemos combatir con las mismas armas con que se gestó. Al egoísmo debemos oponer la inteligencia. Hay que construir el futuro en base a la responsabilidad, al respeto y a la cooperación. Porque los retos futuros están fuera del alcance de individuos solos, incluso fuera del alcance de los dirigentes de un solo sexo.,

El mestizaje, la diversidad cultural respetuosa, el aprendizaje multidisciplinar, el contraste de pareceres y la suma de los esfuerzos más diversos son los que nos permitirán alcanzar el futuro. Algo cada vez más alejado del “Paraíso Primigenio” y que requiere un esfuerzo más exigente. Y tal cosa es imposible cercenando la Libertad e Independencia del sexo femenino. Las reglas han cambiado pero la partida continúa y la “Felicidad” sigue siendo el premio a quienes encuentran la senda de lo correcto.

martes, 29 de enero de 2013

PÍCAROS Y JUGLARES

En nuestra literatura, en nuestra vida, falta una revolución. Los franceses tuvieron la suya. Reyes, nobles, clérigos e ideas pasaron por la guillotina. Y allí, en los lejanos ochenta y tantos del siglo dieciocho, se acabó la censura, el vasallaje y el “hago saber”.

Aquí, sin embargo, hemos tenido Duques y Reyes toda la vida. Y los breves periodos de rebeldía sólo nos dieron para nanas de cebolla, porque a los poetas y escritores de los que tenía que germinar la revuelta los cortaron apenas habían brotado, o los trasplantaron al exilio, que es como separar la lengua del oído para que no se sepa lo que dice.

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