En respuesta a un nutrido intercambio de twits, en los que participé en la víspera de esta publicación, me he visto obligado a publicar este ANÁLISIS de dicha portada. Normalmente dedicado a información de deportes náuticos y reseñas literarias, he considerado un reto personal acercarme a la portada de un periódico, con el ánimo y la curiosidad con que me enfrasco en la lectura de libros.
Análisis de la portada de la Razón.
He comprado hoy el periódico La Razón. 1,30€. Estoy
pues en mi derecho de analizar objetivamente lo que esa cabecera me entrega por
mi dinero.
Ayer, en la red Twitter, participé en un intenso debate en el que intervino en defensa del periódico su
director y algún afamado periodista, y en contra un grupo de indignados
lectores. El aspecto y los titulares de esa portada resultaban, la víspera, indignantes e
impropios de un periódico serio, pero cabía la posibilidad de que en páginas
interiores los datos aportados justificasen lo que parecía injustificable.
Esta es la portada de mi periódico y la publicada ayer
Otra edición corregida
He aquí el resultado:
1.- El primer titular decía :”El Ejecutivo impondrá a
la banca previsiones más duras para el <ladrillo>” p.30
Como
me temía, en la página treinta las previsiones
se convierten en provisiones, que
son las cantidades que, a título preventivo, los bancos han de depositar en el
Banco de España para hacer frente a las
más que probables minusvalías del valor, de sus activos inmobiliarios,
reflejado en sus balances.
Es
decir que la palabra clave en el contenido informativo del primer titular está EQUIVOCADA EN PORTADA.
2.- El
segundo titular: “AVISO DE INTERVENCIÖN” en
letras de gran tamaño.
El
diccionario de la RAE dice de aviso: “Noticia dada a alguien”. De la
información desgranada en la página 14 y siguientes, no se concluye que el
Gobierno o el Ministerio de Hacienda haya dado a nadie, y menos a ninguna
Comunidad Autónoma NOTICIA, o advertencia reciente para que pueda considerarse
noticia, DE INTERVENCIÓN. Se ha limitado Hacienda, según el propio diario, a
pedir mayor concreción en algunas partidas de los presupuestos autonómicos que le han sido presentados.
Para llegar a la conclusión de que eso es un “aviso de intervención”, la
periodista que suscribe el artículo, hace un tortuoso recorrido por la
recientemente aprobada legislación de Estabilidad Presupuestaria. Utiliza
frases tan obtusas y difíciles de entender como una que contiene 50 palabras
sin puntos ni comas.
El
titular, pues, queda reducido a una afirmación SENSACIONALISTA Y TENDENCIOSA.
3.- Cinco fotos y un titular que reza: Los malos
estudiantes agitan la Educación.
El
aspecto ya es deplorable pues se asemeja a los carteles que la policía colgaba,
en Estaciones de Metro y lugares públicos, reclamando información sobre
peligrosos terroristas de ETA. Resulta razonable creer que esa similitud ha
sido intencionada.
De la
información extraída de las páginas 10 a 12, resulta que los pretendidos “súper-delincuentes”
son jóvenes cuyos logros académicos o comportamientos conocidos y publicados
por este periódico no son ni mucho menos reprobables, excepción hecha del
episodio en que UNO de ellos se enfrento violentamente a la policía. No informa
La Razón de NADA de lo que sus padres, por ejemplo, tuvieran que avergonzarse.
No encuentro noticiable que un joven de una veintena de años, estudiante o no,
esté lleno de ideales anticapitalistas y revolucionarios. Me preocuparía todo
lo contrario.
Con
respecto a la primera de las “fotografiadas”, dice el periódico, con ánimo de
desacreditarla: “A pesar de no tener título, en su perfil en la red Linkedin
figura como licenciada”. Bien, he accedido a esa red y la palabra “licenciada”
no aparece en su perfil. Esto obliga a poner en duda toda la información que
sobre estos chicos publica este periódico.
En resumen, como cliente y lector de La Razón, estoy
decepcionado y me siento manipulado, ofendido y engañado.
Si no
rectifica esta línea editorial, este periódico, corre el riesgo de convertirse
en un tabloide tendencioso y de nula credibilidad.
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