sábado, 18 de enero de 2014

EL PACIENTE (reseña)

El Paciente
 
Novela, Juan Gómez-Jurado, Ed. Planeta, ENERO 2014, 474 pgs.       
 
La Trama

Un médico, cirujano estrella de un prestigioso y carísimo hospital norteamericano, recibe el encargo de operar de urgencia y en secreto al Presidente de los Estados Unidos. Simultáneamente, su única hija es secuestrada por una organización criminal que le exige el asesinato del Presidente para devolverla. La totalidad de la acción se desarrolla en el plazo de 63 horas, momento en el que habrá concluido la operación y el ultimátum de los captores. 

Todos los personajes, lugares y comportamientos están dotados de gran realismo. El lector español está familiarizado, a través de las series de televisión americanas, con los agentes del Servicio Secreto, la seguridad en torno al Presidente, y los esfuerzos por asesinarlo de propios y extraños, con lo que se involucra y engancha a la acción sin ninguna dificultad. Esta obra resulta tan verosímil y apasionante para un español como lo será para un norteamericano.

El autor

Nacido en Madrid en 1977, Juan Gómez-Jurado, vive y escribe desde hace tiempo en Galicia. Quiere tanto a esa tierra que algunos nos hemos confundido alguna vez y lo hemos convertido en gallego. Periodista, ha hecho su carrera en los más prestigiosos medios de España y, aún hoy, mantiene su actividad colaborando con numerosas publicaciones y programas. Entre estas, cabe destacar dos publicaciones norteamericanas, JotDown Magazine y New York Times Book Review. Este conocimiento de la lengua e instituciones de EEUU tendrá gran trascendencia en su Literatura.

Es un defensor, casi un activista, de las publicaciones en la RED. Ha mantenido algunos debates muy comprometidos sobre los derechos de autor y el precio de las publicaciones digitales. Está presente en todas las  redes sociales donde se mantiene activo y accesible. Esto le ha granjeado el favor de un sinfín de lectores jóvenes para los que es su escritor de referencia,  aunque le suponga un esfuerzo y dedicación muy grande.   

Desde sus primeras novelas importantes, Contrato con Dios y Espía de Dios, éstas,  tienen temas y escenarios internacionales donde la tensión y el ritmo son trepidantes. Empezaron siendo publicadas por la editorial El Andén y traducidas a numerosos idiomas en más de cuarenta países.  La siguiente, El Emblema del Traidor, también ambientada en lugares y momentos históricos internacionales, ganó el VII premio Ciudad de Torrevieja, uno de los mejor dotados económicamente en 2008, y el autor pasó a la editorial Plaza y Janés.

Durante casi cuatro años no publicó nada y en Junio de 2012 nos sorprendió a todos, ya en Planeta, con La Leyenda del Ladrón (662 pgs). Una novela casi épica, ambientada en la Sevilla del SXVI con numerosas referencias históricas. Juan se involucró en cuerpo y alma en la promoción de esta novela. Vistió su propia imagen en las redes sociales con las ropas y la espada de su protagonista. En las presentaciones, desvelaba entusiasmado los secretos que lo ayudaron a ensamblar las peripecias de su trama. Las callejuelas, las murallas, los edificios viejos y emblemáticos de la ciudad eran descritos con precisión y vueltos al bullicio y la vida de aquel siglo de oro en la ciudad andaluza. Y, sin que esto sirva para desvelar el desenlace de esta novela a quienes aún no la hayan leído, todos esperábamos una segunda parte.  

Pero, he aquí, que el autor de los grandes best seller mundiales ha vuelto a la Literatura que lo catapultó al éxito y lo convirtió en uno de los autores españoles más leídos en el extranjero y, por qué no decirlo, también en España.

Esta obra, El Paciente, ya ha sido traducida y se publica simultáneamente en inglés y en español.  En la contraportada la editorial habla de millones de lectores en todo el mundo y planes para llevar al cine sus novelas en Hollywood.      

La Osadía

Juan Gómez-Jurado es un autor atrevido y trabajador. En la Literatura, sobre todo en la novela, a mayor atrevimiento, más trabajo. Sobre todo si no quieres provocar la contestación crítica de tus lectores mejor informados. En sus obras puedes encontrar descrita la vida de un millonario paranoico, tipo Howard Hughes, en un apartamento en la cima de un rascacielos de Nueva York; o la casa de un médico judío del SXVI en una callejuela de Sevilla; y puedes estar seguro de que todo lo que cuenta es así; puedes tener la certeza de que ha viajado hasta allí, ha subido en aquellos ascensores; o se ha documentado hasta la extenuación del cómo, dónde y por qué se hacían las cosas que describe.
Además no tiene ningún temor a enrolar en sus novelas a personajes reales relevantes, el Hitler de nacimiento del Partido Nazi, Miguel de Cervantes en su etapa de funcionario real, o el propio William Shakespeare  en su época de trotamundos titiritero, han debutado con éxito y protagonismo en sus obras. No hay ningún cortafuegos sagrado o prohibido que no se salte este hacker  que invade nuestras mentes y corazones con sus historias apasionantes.  
Esta vez se trata del Presidente de EEUU. No lo menciona, pero en la mente de todos está el actual ocupante de la Casa Blanca, y la influencia que en su vida tiene la Primera Dama. Y pueden estar seguros de que si esto que cuenta hubiera ocurrido alguna vez, habría sido así. 
Al principio, esto, me escandalizaba, pero después de leerlo, después de disfrutar con su Literatura,  debo reconocer que tales personajes forman parte de nuestro acervo cultural y que tan lícito es construir una ucronía con el autor de Romeo y Julieta como con cualquier otro de ficción si no hay una manipulación intencionada y engañosa.

El Léxico

La obra se puede leer sin dificultad. No hay páginas, ni siquiera frases indescifrables o llenas de cultismos para mayor gloria de su erudición. Pero eso no quiere decir que su Literatura sea vulgar o que lo que cuenta sean cosas manidas y sabidas de todos.  Me sorprendió en la primera página de esta novela una referencia al “condicionamiento pavloviano”. Iván Petrovich Pavlov, el descubridor de los reflejos condicionados y su trascendencia psico-somática fue mi autor más querido en la Universidad. Esta obra tiene un sustrato en que el dominio de la voluntad del otro es de gran importancia.

Yo aprendo con cada página. Encuentro descubrimientos científicos que desconocía. Instrumentos, productos, lugares, costumbres, precios de las cosas, y un largo etcétera que hacen que cada frase, cada párrafo esconda algo que recordar. Ahora ya sé cuánto vale una operación en un hospital privado americano, cómo se opera un tumor cerebral,  y el riesgo que tiene sobre nuestra salud. 
Los paisajes, los comportamientos de los personajes y su forma de hablar, quererse u odiarse, nos cautivan, nos descubren un universo a mitad de camino entre nuestros deseos y nuestras esperanzas.
                                                                               
El Dilema 

Esta es la parte más ambiciosa de esta novela. El mayor reto ante los lectores de España. Un médico se enfrente a un dilema moral y sociológico. Matar a su Presidente o dejar morir torturada a su hija. Con el desprestigio de los políticos en estas latitudes, muchos matarían a nuestro Presidente completamente gratis. Y, sin embargo, el dilema te atrapa. Página a página, párrafo a párrafo, te vas convirtiendo en el protagonista. Comprendes las implicaciones de cada acción. La pérdida que representa ceder al chantaje. El valor de la vida, el peso de la vocación del médico, su compromiso con la salud de sus pacientes, su responsabilidad como última frontera frente al dolor y la muerte.  Juan Gómez-Jurado nos enseña lo que vale un ser humano para los que lo quieren, y lo duro que es privarles de su vida. Al final, sin ninguna reserva, deseas que no ceda ante el mal. Ya no te da igual. Quieres que todo salga bien.

El Desenlace

Ahora es cuando cuento cómo acaba la novela y el autor viene y me mata. No teman. No les privaré de ese placer.

Las obras de Juan Gómez-Jurado tienen intriga y desenlace. Hasta el último momento todo puede pasar y pasa. No son de esas en que todo queda en el aire. En que el asesino lo es pero podría no serlo. En que el drama vuelve a repetirse y todo comienza de nuevo. Con final abierto, que dirían otros. No, al final el dilema queda resuelto. Aquí los buenos son buenos y guapos, y los malos son malos y poderosos. Y no se fíen, pues, como buen admirador de Agatha Christie, va dejando pistas que te hacen imaginar el desenlace, pero no siempre son ciertas. Algunas tienen trampa. Estén preparados para cualquier cosa. Quienes leyeron El Emblema del Traidor ya estarán acostumbrados a estas artimañas.   

Por último, y por lo que he visto hasta ahora, los personajes, vivos o muertos no resucitan en otra novela, así que, aunque les cojan cariño, que lo harán, en la página 471 acaba todo.

Que las disfruten, todas, las 471, merecen la pena.

JJCarlos Morenilla.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      

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