LECTURAS INQUIETANTES
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Se trata de siete relatos breves, aunque su extensión no es homogénea. Al hilo de su título, la autora nos presenta una galería de personajes atrapados en situaciones que les conducen, en mayor o menor medida, a un tormento psicológico.
Los hechos y los motivos que conducen a ellos, son coherentes y los lectores recorrerán sin esfuerzo las páginas de estos "cuentos", con el presagio de que las cosas no acabarán bien para sus protagonistas.
Los personajes resultan verosímiles, complejos, contradictorios a veces, y muy parecidos siempre, a las personas con las que nos cruzamos en la calle, con el añadido en esta ocasión, de que conocemos el contenido de sus pensamientos y propósitos.Ninguno de todos es un héroe, y ninguno, tampoco, conquista la simpatía del lector, con una excepción, que comentaré. Son personajes descritos con crudeza y apaleados por el destino que en casi todas las ocasiones se merecen.
Transcurren las narraciones con un ritmo muy diferente de unos cuentos a otros, donde se alternan los hechos con los pensamientos, motivaciones, miedos y propósitos de sus personajes. Algunas situaciones son narradas con agilidad y solvencia y en todas sus páginas se encuentra la riqueza léxica de su autora, acallada a veces, para no desenfocar la anodina existencia de algunos de sus protagonistas.
No tienen intención moralizante, ni sus desenlaces pretenden servir de lección al lector, aunque casi siempre le dejan sumido en dolorosas reflexiones sobre la naturaleza humana. No sé si el título de "cuentos neuróticos" es el leitmotiv de su redacción o una denominación descriptiva de la recopilación.
La característica identificativa de un relato breve, es, además de su extensión, el hecho de que el autor irá desgranando detalles que hagan esperar un desenlace determinado al lector, que, aún advertido, debe resultar sorprendido por el mismo. Esto se consigue, pero sólo resulta especialmente sorprendente en uno de ellos:
La última estación. Este relato merece mención especial. Su ritmo es vivo. Cada frase esconde una sorpresa. El lector se ve zarandeado por emociones encontradas y aparece ese personaje que antes decía que captura inmediatamente la simpatía. Y resulta que es el único al que la autora describe como psíquicamente loco o "neurótico". Se enfrenta a otro personaje "cuerdo", tan retorcido como todos los del libro, pero con el que conseguimos identificarnos.
Y este angustioso "tête à tête" se resuelve en el mejor desenlace de todos: sorprendente, imposible... y sin embargo inquietante.
Sólo por este relato, merece leerse con atención todo el libro. Genial.
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